Cuando los referentes y sus discursos pierden coherencia, y nos agotan con su espectáculo improvisado, apago la tele, y leo, pinto, juego, converso con mis amigos, a veces cocino, ya no me lamento, sólo construyo, ... intento abrir bien los ojos para ver allá de las sombras, y concentrarme en algo seguro, mi pequeñísima capacidad de cambio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario