Es asombroso cuando una ilustración, realizada para un propósito, encaja perfectamente con otro.
Aquí, el niño con su alegría se preparaba para celebrar la llegada de la primavera de la mano de Miquel Rayó, en su delicioso relato "Març" publicado en Borino Ros.
Después
y como un aire fresco, llegó R.M. Rilke con este precioso poema, que me
ayuda a ver el trascurrir de los acontecimientos con claridad, sin
importancia, con alma de niño.
No debes comprender la vida; como una fiesta se hará entonces.
Haz que te pase cada día igual que un niño, al caminar, deja que cada ráfaga le regale mil flores. (…)
Haz que te pase cada día igual que un niño, al caminar, deja que cada ráfaga le regale mil flores. (…)
No hay comentarios:
Publicar un comentario