Con alma de niño
Es asombroso cuando una ilustración, realizada para un propósito, encaja perfectamente con otro.
Aquí, el niño con su alegría se preparaba para celebrar la llegada de la primavera de la mano de Miquel Rayó, en su delicioso relato "Març" publicado en Borino Ros.
Después
y como un aire fresco, llegó R.M. Rilke con este precioso poema, que me
ayuda a ver el trascurrir de los acontecimientos con claridad, sin
importancia, con alma de niño.
No debes comprender la vida; como una fiesta se hará entonces.
Haz que te pase cada día igual que un niño, al caminar, deja que cada ráfaga le regale mil flores. (…)
Haz que te pase cada día igual que un niño, al caminar, deja que cada ráfaga le regale mil flores. (…)
Drágonidas, de Mar Pavón
Aquí
Dragónidas, que se suma al mundo dragoniano de la Librería El Dragón Lector, que estos días cumple 10 años, siempre una buen noticia! Lo he retratado en un
universo luminoso y brillante, el que evoca Mar Pavón en sus cuentos y relatos! Aquí lo podéis leer y disfrutar!
"Dragónidas era un dragón que se escapó de un cuento justo en el momento en que un apuesto caballero se disponía a clavarle su lanza en el pompis. Pero Dragónidas no era, ni mucho menos, la famosa bestia de San Jorge, sino un animalito curioso y soñador que vivía en la imaginación de una niña y que, mira tú por donde, se coló en esa historia mientras la niña la escuchaba de boca de su papá, antes de acostarse.
Dragónidas, como digo, consiguió escapar del valiente, aunque algo bruto, San Jorge, y fue a parar de nuevo a la cabecita de Paula, que así se llamaba la niña. Su vida, sin embargo, siguió siendo muy emocionante, porque como Paula era amante de los cuentos, su imaginación estaba poblada por montones de personajes fantásticos, unos buenos como el pan con aceite y otros malos como la leche agria. Y ahí sigue nuestro dragoncito, unas veces correteando con traviesos duendes, y otras (por suerte, las menos), huyendo despavorido de perversas brujas que pretenden convertirlo en un soso, aburrido y polvoriento dragón de peluche."
Texto: Mar Pavón, con motivo del 10º cumpleaños de El Dragón Lector.
Dragónidas, como digo, consiguió escapar del valiente, aunque algo bruto, San Jorge, y fue a parar de nuevo a la cabecita de Paula, que así se llamaba la niña. Su vida, sin embargo, siguió siendo muy emocionante, porque como Paula era amante de los cuentos, su imaginación estaba poblada por montones de personajes fantásticos, unos buenos como el pan con aceite y otros malos como la leche agria. Y ahí sigue nuestro dragoncito, unas veces correteando con traviesos duendes, y otras (por suerte, las menos), huyendo despavorido de perversas brujas que pretenden convertirlo en un soso, aburrido y polvoriento dragón de peluche."
Texto: Mar Pavón, con motivo del 10º cumpleaños de El Dragón Lector.
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