Hace años leí algo sobre "mindfulness" y empecé a investigar, luego siguieron clases, personas, libros. Así me inicié en la meditación. Pronto relacioné que los momentos de mayor atención, de autoconocimiento, de lucidez, de percepción clara, limpia y de mejora... venían de la mano de los pinceles. Dibujando y pintando esporádicamente había abierto la puerta del mindfulness y de la meditación y meditando encontré la luz para seguir en el camino de la ilustración con mayor resolución, con consciencia y ahora con todo mi amor. Ambos, meditación e ilustración me acercan a una mejor versión de mí misma.
Por el camino apareció el libro de David Lynch "Atrapa el pez dorado. Meditación, conciencia y creatividad" que afianzó mi percepción. Y es que al sumergimos en nuestras profundidades podemos descubrir serenidad, más intuición y placer por vivir. Y a veces se asoma un gran pez dorado.
(Ilustración para la revista Borino Ros que cumple un año, para el relato "Agost" de Miquel Rayó)
Por el camino apareció el libro de David Lynch "Atrapa el pez dorado. Meditación, conciencia y creatividad" que afianzó mi percepción. Y es que al sumergimos en nuestras profundidades podemos descubrir serenidad, más intuición y placer por vivir. Y a veces se asoma un gran pez dorado.
(Ilustración para la revista Borino Ros que cumple un año, para el relato "Agost" de Miquel Rayó)
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