Nada más especial que poder compartir tu pasión con los amigos. Y así fue, reunidos para pintar la habitación del pequeño dragoncillo que está a punto de nacer, percibí que sentían el placer de pintar, que se concentraban, e incluso algunos dijeron que era como experimentar una meditación. Si aún no lo has probado, te animo a qué lo hagas, porque te ayuda a ser más creativo y a conocerte mejor, porque relaja y puede ser teraupéutico, porque simplemente pule la mejor versión de uno mismo! (El mural quedó chulísmo, una obra coral, al menos fuimos 8 manos, 8 corazones!)
No hay comentarios:
Publicar un comentario